La negociación es un proceso en el que se intercambian ideas, intereses, objetivos, deseos y aspiraciones de nacimiento, consolidación o crecimiento. En toda negociación se dan cita circunstancias y motivos de naturaleza muy diversa.
Además de constituir un proceso implícito en nuestras vidas, en muchas ocasiones la negociación forma parte de una planificación, de una estrategia más amplia.
Existen tres contextos de negociación:
Todo proceso negociador se basa en dos ideas básicas:
Toda negociación debe de establecerse sobre la idea de ganar-ganar. Los principios básicos negociadores son.
Desde una perspectiva estratégica es fundamental el equilibrio entre la estructura (lo que creamos juntos) y la función (lo que hace cada uno). Otro punto muy importante son las concesiones.
El proceso se organiza en tres fases principales:
Las cinco estrategias de negociación más conocidas son:
Toda negociación es conflictiva y está basada en el deseo de llegar a un acuerdo. Un aspecto táctico de primer orden es la actitud que se muestra hacia la otra parte, que puede ser:
Existen muchas tácticas negociadoras: resistir a ultranza, intimidar, pedir prórroga, mentir, lograr concesiones graduales, presentar ofertas alternativas, alternar roles del bueno y el malo, hacer cambios a última hora, decir que nuestra autoridad es limitada, dramatizar, mantener un fondo de reserva…
En todas ellas hay que considerar una serie de elementos: El precio de reserva, la 1ª oferta, el anclaje, el punto de atracción, el ritmo de concesiones o aproximación, el compromiso, las amenazas, las escalas de utilidad…
Es fundamental saber el escenario de negociación en el que nos estamos moviendo y gestionarlo adecuadamente. Estos escenarios presentan los siguientes riesgos:
La presencia del mediador puede ser muy útil en una negociación. Entre otras cosas el mediador suele enseñar a las partes a negociar, manteniendo siempre una posición neutral.